Empezamos con nuestro ya familiar ojo abierto, pero de pronto vemos algo diferente. Este ojo es de un niño pequeño, despertado de un placentero sueño por un violento golpe en la puerta. Su madre entra corriendo en su habitación y le dice que todo saldrá bien, pero él puede ver en su cara que no lo cree así de verdad. Esconde al niño bajo su cama y le hace prometer que no saldrá pase lo que pase, oiga lo que oiga. Hace su cama como si allí no hubiera estado durmiendo nadie y se va. Nos quedamos... Continuar leyendo