Walt se asoma por la ventana de la habitación de un hotel. Los billetes de Oceanic Airlines están sobre la mesilla de noche. Abre las cortinas y mira el contorno de los rascacielos de Sydney. Está amaneciendo. Mira sobre su hombro a MIchael, que está durmiendo. Es su padre, pero para él todavía es un extraño. Enciende la TV y despierta a Michael, que le pregunta si está todo bien, a lo que Walt contesta que nunca se pierde ese programa de TV. Michael intenta tener paciencia con él y le pide que...
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